Una caña perfecta en Mont-Roig es mucho más que una bebida: es un ritual. Y en Bar la Plaça lo sabemos bien. Cada vez que servimos una cerveza, buscamos ese equilibrio perfecto entre espuma, temperatura y presión que hace que cada sorbo se sienta como el primero.
¿La clave? El tiempo y el gesto. Ni demasiado rápido ni demasiado lento. La espuma debe ser densa, blanca y cubrir el vaso como un velo suave. Y, sobre todo, la cerveza debe estar bien fría —como la que pide el cuerpo después de una mañana de trabajo o un paseo por el pueblo.
Pero más allá de la técnica, el secreto de la caña perfecta en Mont-roig está en el ambiente. Ese momento de calma con los amigos, con el sol cayendo en la terraza y el murmullo de las conversaciones de fondo. Al final, una buena cerveza solo es perfecta si la compartes en el lugar adecuado. Y nos encanta que ese lugar sea aquí, en el Plaça.